Profesión de fe

En la RCA, la profesión de fe tiene lugar cuando alguien que ya ha sido bautizado, a menudo a una edad temprana, profesa públicamente su fe en Cristo y se une a la iglesia. Al profesar públicamente su fe, el individuo se convierte en un miembro confesante de la iglesia, en lugar de un miembro bautizado, y se le da la bienvenida a los privilegios de participación plena de la congregación local, tales como la votación y el gobierno.

Normalmente, las personas que quieren hacer profesión de fe trabajan con los ancianos de su iglesia para preparar este paso en su camino de fe. Algunas iglesias ofrecen clases de preparación que repasan creencias, credos, catecismos y confesionesLa junta de ancianos es la encargada de asegurar que las personas comprendan lo que creen y profesan. Cualquier persona que desee hacer profesión de fe se reunirá con la junta de ancianos para un tiempo de preguntas y respuestas. Finalmente, el individuo hará una profesión de fe pública ante la congregación.

El bautismo y la profesión de fe suelen ir juntos, normalmente para aquellos que no han sido bautizados a una edad temprana. Liturgias-órdenes de culto-se ofrecen a continuación, tanto como elementos separados como en un orden combinado.

¿Tiene preguntas que no se han contestado aquí? Más información sobre bautismo o lo que significa ser un miembro de una iglesia.

Mientras que muchas tradiciones religiosas practicaban históricamente la confirmación y siguen haciéndolo en la actualidad, el reformador del siglo XVI Martín Lutero propuso algo diferente: un acto pastoral privado relacionado con la educación. Del mismo modo, Juan Calvino pidió la instrucción en el catecismo y una profesión de fe, y la edad que sugirió para ello fue de diez años. No previó ningún rito o ceremonia pública específica para este acto porque probablemente temía que la confirmación devaluara el sacramento del bautismo.

Calvino creía que los niños debían profesar su fe públicamente antes de poder comulgar. Hoy en día, muchas iglesias reformadas permiten y animan a los niños a participar en la Cena del Señor sin exigirles una profesión de fe pública, pero la idea sigue siendo que las personas creyentes, tanto niños como adultos, deben estar dispuestas a dar un claro testimonio de su fe.