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Profundizando en un compromiso creciente con los ministerios de colaboración y cooperación, una sesión conjunta del Sínodo de la Iglesia Cristiana Reformada y el Sínodo General de la ACR dio el sábado por la noche la aprobación unánime de una resolución que proporciona un lenguaje común para futuras acciones conjuntas.

Declarando que "el principio que nos guía, y la intención que nos motiva, es 'actuar juntos en todos los asuntos, excepto en aquellos en los que las profundas diferencias de convicción nos obligan a actuar por separado'", la resolución instruye a la Junta de Fideicomisarios de la CRC y al Consejo del Sínodo General de la RCA a guiarse por este principio "al mirar la relación futura entre nuestras dos denominaciones".

En una sesión conjunta de más de dos horas, los delegados del ACR y de la CDN escucharon sobre el desarrollo de la resolución y pasaron más de 30 minutos en grupos de mesa discutiendo aspectos pasados y presentes de una historia y esfuerzos programáticos compartidos, y miraron las posibilidades futuras para fortalecer el testimonio común del ACR y de la CDN.

Después de que se recomendara la aprobación de la resolución, dos delegados sentados en la misma mesa, Don Poest del Classis Lake Erie de la RCA y Henry Schenkel Jr. del Classis Grand Rapids South de la CRC, ofrecieron una enmienda. Trataron de reemplazar el actuar juntos "en todos los asuntos, excepto en aquellos en los que las profundas diferencias de convicción nos obliguen a actuar por separado" por "en el nombre de Cristo y para los propósitos de Cristo".

"Creemos que debemos poner el listón alto", explicó Poest. "La redacción actual nos da una escapatoria".

Se pidió a Wesley Granberg-Michaelson, secretario general emérito del ACR y actual asesor de relaciones ecuménicas, que explicara la historia de la frase que la enmienda pretendía sustituir. Dijo que el "Principio de Lund" se remonta a una conferencia ecuménica celebrada en 1952 en Lund, Suecia, y "tiene una historia en la vida más amplia de la iglesia mundial".

El debate sobre la propuesta de enmienda fue tan animado que el presidente del Sínodo General, Carl Boersma, animó a los delegados a limitar sus comentarios. Finalmente, la enmienda fracasó en una votación a viva voz antes de que la resolución original fuera aprobada por unanimidad, lo que provocó el canto de la Doxología.

Para aliviar las preocupaciones de orden eclesiástico, el Sínodo General había suspendido antes el sábado sus reglas de orden para facilitar la votación con el Sínodo de la CRC en la histórica sesión conjunta del sábado por la noche.