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El Sínodo afirma el propósito de los ancianos y ministros en las asambleas superiores

El papel de los diáconos es de servicio y alcance, más que de guía y gobierno

El sábado 9 de junio, el Sínodo General afirmó que los oficios de anciano, diácono y ministro de la Palabra y Sacramento no son intercambiables, y que sólo los ancianos y los ministros deben participar en las asambleas superiores, incluido el Sínodo General.

La recomendación provino de la Comisión de Teología, que esbozó el propósito de cada cargo en su documento "La naturaleza del cargo y la asamblea". La comisión enfatizó que la labor de orientación y gobierno, que es el trabajo de la asamblea del Sínodo General, pertenece a los ancianos y ministros: "El propósito de una asamblea determina su composición. El propósito principal de las asambleas mayores de la iglesia es mantener la unidad de la doctrina, la vida y el testimonio de la iglesia en el mundo. Si una teología reformada de la asamblea surge de una teología reformada de los oficios, la perspectiva de esta comisión es que los oficios de anciano y ministro sirven mejor a las asambleas mayores".

El documento fue en respuesta al Sínodo General de 2017, que remitió una recomendación del Grupo de Trabajo de Asambleas Diacónicas que sugería que los diáconos fueran incluidos en todas las asambleas de la iglesia (classis, sínodo regional y Sínodo General).

Lea el documento completo.