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La mayordomía no es una cuestión financiera. Es una cuestión de discipulado.

Por Ken Neevel

Quizá le resulte familiar esta afirmación: "Muéstrame tu calendario y tu chequera, y te mostraré lo que es realmente importante en tu vida". Hoy podría decir: "Muéstrame tu calendario de Google y el extracto de tu tarjeta de crédito", pero el principio es el mismo.

Billy Graham lo dijo de esta manera: "La chequera de cada persona es un documento teológico. Te dice a quién y qué adoran". Y lo que es más importante, Jesús dijo algo muy parecido: "Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón" (Mateo 6:21).

Fíjate que Jesús no dice: "Donde esté tu corazón, allí estará tu tesoro". Yo podría creer que si me importa una determinada organización sin ánimo de lucro, contribuiría a ella. ¿Pero lo haría? Donde está mi tesoro me dice dónde está mi corazón. Si, por el contrario, invirtiera todos mis ahorros en una sola acción, te garantizo que comprobaría el rendimiento de esa acción con mucha regularidad. Lo que quiere decir Jesús es que si no estás invirtiendo en algo, tu corazón no está realmente allí. Entonces, ¿dónde está tu tesoro? Te dirá dónde está tu corazón.

A veces oigo decir a la gente que la iglesia sólo quiere "su" dinero para financiar el presupuesto, pagar las facturas o ampliar el edificio. Pero la mayordomía no es una cuestión financiera, sino espiritual. No se trata de "cosas". Se trata del discipulado. En palabras de Chris Willard y Jim Sheppard en su libro Generosidad contagiosaSe trata de "ser parte de lo que [Dios] quiere hacer a través de la gente en su iglesia con los recursos que les ha dado".

Dios no necesita nada de nosotros, pero sí desea nuestros corazones. Está claro que la forma en que administramos nuestros recursos es un indicador de nuestra salud espiritual. No es posible ser un discípulo de Jesús sin dar con alegría y generosidad los recursos que se nos han confiado.

El objetivo de la mayordomía cristiana es la gestión fiel de todo lo que Dios nos da para que Dios pueda utilizar nuestros dones para transformarnos y para extender el amor transformador de Cristo a los demás.

La mayordomía cristiana tiene que ver con dónde está nuestro corazón. El objetivo de Dios es siempre corazones y vidas transformadas. ¿Dónde está tu corazón?

Ken Neevel es director de desarrollo y facilitación del ACR. "More Than Enough" reflexiona sobre cuestiones de fe y mayordomía.