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Del Secretario General: El amor lo resuelve

Tom De Vries insta al ACR a comprometerse a amarse mutuamente y a estar unidos en la misión.

Por Tom De Vries

En junio, el ACR pasó la semana del Sínodo General tratando de mantenerse conectado y comprometido con los demás, intentando caminar en unidad y armonía.

No es la primera vez en los cuatro siglos de historia del ACR que estamos en desacuerdo, pero a lo largo de esa historia, nuestras normas de unidad nos han llamado a permanecer juntos mientras lo resolvemos.

Creo firmemente que el ACR no sólo tiene una historia, sino también un futuro. Nuestra historia nos da un patrón para trabajar a través de nuestros desacuerdos para avanzar hacia el futuro de Dios para nosotros. Nuestra historia nos recuerda que debemos poner nuestra confianza en el Espíritu Santo, no en nosotros mismos, para lograr la resolución y la reconciliación. Nuestra historia nos da esperanza en la capacidad de Dios para unificarnos en torno a una misión, incluso cuando diferimos.

Dios lleva siglos transformando el mundo a través del ACR. En 1859, ocurrió en Japón, cuando el país se abrió a las naciones occidentales. El ACR envió tres misioneros, uno de los cuales bautizó a un guerrero samurái y preparó el camino para la iglesia protestante en Japón. Hoy en día, ese tipo de transformación está ocurriendo en la India y Nicaragua, en Toronto, Chicago, Fresno y Sioux Falls, porque Dios está trabajando a través de nosotros juntos como el ACR.

Con esa transformación en mente, trabajemos para encontrar la manera de avanzar con misericordia y gracia, mientras buscamos juntos la unidad. No debe ser la unidad por la unidad, sino la unidad que nos ayuda a compartir el evangelio, nos motiva a vivir y amar como Jesús, y busca la reconciliación y la restauración de Dios en nuestro mundo.
 
El fundamento de nuestra vida en común debe ser el amor, y debe ser un amor extendido hacia afuera, tanto en la iglesia como en nuestro mundo. Como ACR, nos desafío a amarnos unos a otros, plena y completamente. Vamos a descubrir cómo amarnos unos a otros mientras las resoluciones del Sínodo General pasan por las clases para ser votadas. El viaje del ACR aún no ha terminado, y rezo para que podamos aprender de nuestra historia cómo seguir amándonos en el futuro.

A través de nuestro compromiso con el amor, creo que podemos encontrar una solución y una reconciliación que honre a Dios y sea un testimonio de nuestra fe en Jesucristo.
 
Porque yo sí creo: El amor lo resuelve.
 

Tom De Vries es secretario general de la Iglesia Reformada en América.