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El Movimiento, una iglesia plantada en Minneapolis, celebra cómo Dios ha hecho crecer la iglesia a pesar de los mínimos recursos.

Los miembros de la congregación comparten ánimos en una gasolinera local.

Por Carmen Means

Marcos 6 cuenta la historia milagrosa de Jesús alimentando a los cinco mil con dos peces y cinco panes. Los cinco mil que se contaron no incluían a las mujeres y los niños que también comieron y quedaron satisfechos. Después de este gran banquete sobraron 12 cestas de comida. Siempre que Jesús está presente, ocurren milagros. Incluso hoy en día.

La historia de la iglesia del Movimiento es similar a la de la alimentación de los cinco mil. Mi marido y yo veíamos a la gente de nuestra ciudad vagar como ovejas sin pastor. Al igual que Cristo, nos sentimos movidos por la compasión, anhelando ver a su pueblo alimentado con las buenas noticias del reino.

Es evidente que sentimos la llamada de Dios para hacer algo. Sin embargo, no se puede hacer nada sin recursos. Si nuestros recursos se comparasen con los peces y los panes, sería el equivalente a tener una sardina y un crotón.

Lo que nos faltaba en recursos lo ganamos en fe. Nos quedó claro que nuestra fe tendría que llevarnos allí donde nuestros recursos eran limitados. Así que lo poco que teníamos se lo dimos a Dios. ¿Adivina qué pasó? Él lo bendijo.

Cuando nos apoyamos en las promesas de Dios, Dios nos hace volar la cabeza haciendo lo inimaginable. La Biblia declara en Efesios 3:20: "Ahora bien, a aquel que es capaz de hacer inconmensurablemente más que todo lo que pedimos o imaginamos, según su poder que actúa en nosotros..." (NVI). Nuestro trabajo es estar disponibles y ser obedientes a sus mandatos para que el poder de Dios pueda actuar a través de nosotros. Sólo entonces él hace más de lo que podemos pedir o pensar.

Nuestro primer servicio dominical matutino cautivó a una asistencia de 150 personas. En seis meses se nos quedó pequeño el espacio de culto y nos trasladamos a un local más grande. Ahora tenemos una media de 450 feligreses cada domingo y añadiremos un segundo servicio esta primavera. Hemos aprendido que la fe se deletrea a menudo "r-i-s-k". Lo que nosotros vemos como una sardina y un crotón, Dios lo ve como abundante para la multitud.